martes, 23 de agosto de 2016

ENFERMEDAD DIARREICA AGUDA

Las enfermedades diarreicas agudas continúan siendo uno de los problemas de salud pública más serios en los países en desarrollo, en los que constituyen una de las causas principales de enfermedad y muerte en los niños menores de 5 años.

La diarrea se define como la evacuación, tres o más veces al día (o con una frecuencia
mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas.
La diarrea es un síntoma de infecciones ocasionadas por bacterias, virus y parásitos, la
mayoría de los cuales se transmiten por agua con contaminación fecal o alimentos contaminados.

Las causas son las siguientes: 

Infección: La diarrea es un síntoma de infecciones ocasionadas por muy diversos organismos bacterianos, vírus y parásitos, la mayoría de los cuales se transmiten por agua con contaminación fecal. 
Las dos causas más comunes de enfermedades diarreicas en países en desarrollo son los rotavirus y Escherichia coli.

Los variados agentes infecciosos causantes de la diarrea se transmiten habitualmente por la vía fecal-oral (es decir, a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal, o mediante la contaminación directa de las manos u objetos utilizados diariamente.)


Los factores que contribuyen en el desarrollo de estas enfermedades son:

El uso de agua contaminada
La contaminación de los cursos de agua (arroyos, ríos, ojos de agua, pozos, etc.)
Deficiente saneamiento básico
Manejo inadecuado de los alimentos
Falta de hábitos de higiene
Malnutrición

Entre los sintomas que se presentan incluyen nausea, vomito, dolor abdominal, puede haber fiebre, mialgias, artralgias, cefalea y tenesmo rectal.


Las enfermedades diarreicas pueden provocar deshidratación. Durante un episodio de

diarrea, se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces
líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen,
se produce deshidratación. El grado de deshidratación se mide en una escala de tres:

1. Deshidratación incipiente: sin signos ni síntomas.

2. Deshidratación moderada:
Sed
Comportamiento inquieto o irritable
Reducción de la elasticidad de la piel
Ojos hundidos

3. Deshidratación grave:
Se agravan los síntomas de deshidratación moderada
Extremidades frías y húmedas
Pulso rápido y débil
Tensión arterial baja o no detectable
Palidez

La deshidratación grave puede ocasionar la muerte si no se restituyen al organismo el
agua y los electrolitos perdidos, ya sea mediante una solución de sales de rehidratación oral (SRO), o mediante infusión intravenosa.

En caso de presentar diarrea es importante consultar al médico o acudir a un centro de salud lo antes posible, administrar líquidos abundantes para prevenir la deshidratación, en caso de bebés y niños pequeños, no interrumpir nunca la lactancia.

Fuente: OMS, SS